El extenso patrimonio histórico y cultural que se generó del proceso histórico de la ciudad de Porcuna sufrió importantes daños como consecuencia del Terremoto de Lisboa de 1755, en el que se destruyó una parte relevante de los edificios y restos conservados hasta entonces. Hasta ahora no se había conocido la magnitud y extensión de esta destrucción, que generó una renovación urbana durante más de cien años, suponiendo pérdidas tan destacadas como la demolición de la Iglesia de Santa María La Mayor, el Arco de la Villa o de los Remedios y el Cabildo Viejo, la eliminación de murallas y torres de los recintos fortificados de la Villa y el Castillo...etc. Además supuso la renovación en general del caserío de Porcuna, destacando muchas nuevas residencias señoriales que sustituyen a las medievales y modernas. De estas últimas apenas han quedado restos.